Casi toda la ciudad permite utilizar sus calles para esta práctica. Los recorridos norte a sur (y viceversa) permiten transitar sin trepadas ni descensos. Hacia el este el ascenso es abrupto por la cercanía de las sierras, utilizándose preferentemente por el tipo de terreno las bicicletas de montaña.

Como alternativa se puede recorrer calles, avenidas o senderos hacia el oeste o en dirección contraria, obligan a un esfuerzo mayor de ascensos y descensos. En todos los casos, se sugiere utilizar la bicisenda.